Abro los ojos, sé que estoy al borde del precipicio. Siento un vértigo que me paraliza. No me atrevo a mirar, el miedo me tiene completamente dominada.
El corazón me palpita con fuerza, estoy temblando. Veo mis fantasmas a lo lejos, van acercandose a mi, con rapidez. Me acechan. No puedo librarme de ellos. Miro hacia atrás, allí están los putos fantasmas, caso han llegado a mi. Miro hacia adelante, y lo único que veo es abismo, vacío, estoy aterrada.
Tengo que decidirme ya, o dejo que mis fantasmas se avalancen sobre mi, destruyendome como persona. O salto, sin miedo, al vacío.
Los segundos pasan lentamente, pesadamente…. Me sudan las manos…. No puedo respirar. Me ahogo. No puedo quedarme allí, al borde…
Cojo aire, cierro los ojos, y decido saltar. Salto al vacío, y caigo… Caigo… Y caigo….
Y de repente siento una paz interior inmensa, la paz de saber que los fantasmas se quedaron atrás, que no me atraparan, no podrán conmigo. Y siento como vuelo, libre, abro los ojos, y estoy volando. Volando, por fin, en libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario